Cuando entendí que necesitaba ayuda profesional sentí vergüenza, sin saber muy bien por qué… tampoco sabía muy bien cuál era en esencia mi problema, ya que después de toda mi vida con problemas en casa y en la adolescencia, los había entendido como parte de mi vida y realmente me encontraba en un momento perfecto en mi vida: había conocido gente muy importante y vital, me sentía orgullosa de como conducía mi vida, pero de repente me inundó la tristeza, la falta de concentración, y un sin fin de sensaciones que soy incapaz de realmente describir… gracias a una amiga, finalmente me plantee la búsqueda de un psicólogo. El problema es que tampoco confiaba mucho en ellos…Los psicólogos de la seguridad social que se habían cruzado en mi camino no presentaban ningún tipo de empatía o cariño, complicidad o interés aparente. Simplemente me oían relatar mi historia sin dejar de escribir. Con esa idea, con mi vergüenza y mis miedos, llegué hasta María José. Nada más leer un texto suyo en su web, supe que tenía que ser ella. No me equivoqué. Hizo que esa primera sesión fuera esperanzadora y creamos un pequeño vínculo. No llevaba cuaderno, ni era una consulta médica, era simplemente ella, su corazón y su capacidad de escuchar. Salí ya con las ganas e ilusión de cuando volver… fue así mismo en cada sesión, haciendo que fuera algo especial.
A partir de ahí empezamos un viaje intenso y precioso. Me descubrí a mi misma, me entendí, me empecé a amar, a respetar y a cuidar, y a partir de ahí pude empezar a hacerme cada vez más fuerte. Pude darme cuenta como todo aquello que me había pasado en todos esos años realmente florecía en mi actitud y pensamiento ante cualquier escena o situación, y ese fue el primer paso para conocerme y avanzar. Si os imagináis una persona que te diga qué debes hacer, no os estáis imaginando lo que realmente es una terapia con María José. Es una guía, una compañera, que te conduce hasta el punto en el que tu mismo te des tus propias respuestas o reflexiones, ya que realmente el protagonista eres tú. Después de un tiempo, empecé a ser consciente de que afrontaba las cosas de una forma distinta y de que me cuidaba más. No es que los problemas se solucionen, ya que la vida sigue…pero si que te sientes una persona más capaz, confiada y fuerte. Fue en ese momento en el que distanciamos las sesiones hasta que finalmente dimos por terminada la terapia.
Personalmente, iniciar una terapia fue la decisión más bonita que pude hacer por mí, y es un regalo que no voy a olvidar jamás. Igual que tampoco podré agradecer nunca a María José todo lo que hizo por mí, por ser tan humana y tan profesional. Tan intima esta conexión…como con nadie jamás. De verdad, gracias.
A todos los que tengáis dudas, espero que reunáis fuerza y os deis esta bonita oportunidad.
(Victoria R. Noviembre, 2018. Madrid)